sábado, 22 de septiembre de 2007

SUEÑOS DE NOCHES DE VERANO


Nunca hubo tantas estrellas como aquella noche. Nunca brillaron tanto o quizá yo nunca me había fijado. No fue una noche de verano como tantas otras. No sé si fue un sueño o una noche de ensueño, de lo que estoy seguro es que no se borrará.
Empezó como una noche cualquiera: 10 de la noche, los amigos, un cuarto de hora de retraso, bromas, chistes… De repente surgió. No recuerdo quién ni cómo fue pero me gustó la idea. Comenzó nuestra aventura particular –los planes sin planificar son los que más me gustan-. Sí, claro que hubo titubeos pero tú y yo nos mantuvimos firmes pasara lo que pasara. Esa noche era para pasarla bajo las estrellas y metidos en el agua. Nada más, eso es, nada más. Nadie más, nosotros, los amigos, los de siempre (aunque siempre se echa en falta a alguien).
¡Venga! ¡Rápido! ¿Alguien más quiere venir?
Llegamos en menos tiempo del esperado, con los ladridos de los perros de fondo, sin llaves y por ello no quedó más remedio que saltar la puerta, como ladrones en casa de nuestra amiga. Menos mal que viniste y con la facilidad con la que abrías las puertas de clase abriste aquella. Creo recordar que ese fue el único obstáculo que nos encontramos o puede que el resto de ellos quedara escondido tras la ilusión.
Mentiría si dijera quien fue el primero que se lanzó al agua. No me acuerdo. Sí quien fue la última, la rezagada. Y sin darnos cuenta allí estábamos como lo habíamos planeado escasamente hace media hora. Nosotros. Solamente nosotros, sin nada y sin nadie más que la noche, el agua y las estrellas.
Entre rituales de aguadillas, carcajadas, peleas, trampolines y bombas… a pesar de ser verano, el frío acariciaba la piel como solo el agua sabe hacerlo y casi sin pensarlo, la noche pasaba y la hora de volver llegaba. Los segundos se deslizaban como las gotas, puede que me pareciera más rápido de lo normal y no era cuestión de pasar allí toda la noche.
La noche tornada en fría de verano se fundió al calor de “La Gitanilla” de Cervantes que se esfumó entre las llamas de otros libros borrados por la lluvia, el viento y el olvido. El fuego fue la única ayuda para combatir el frío, fue nuestra toalla, la que nos abrigó, la que nos dio luz en la noche. La noche de negro y estrellas, de nada más.
Allí no quedó más que lo que nos encontramos: solo las estrellas y el agua y una puerta, que no quiso cerrarse por si alguien, alguna noche, quiere volver en sus sueños…

A vosotros que conseguís noches como esta.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja si yo se quien es la rezagada jajja la verdad que ese plan estuvo muy bien se te olvida mencionar que la ropa desaparecio por arte de magia de repente sin darnos cuenta estabamos todos en la mima "taza" cantando y voceando jajaja la verdad muy buena noche


hay que repetirla!!!

Anónimo dijo...

si señor, gran relato de una gran noche!! quizas la mejor de todo el verano! en realidad, la unica en la que pudimos disfrutar de una noche calurosa :P jajaj

...recuerdo a la gente, gente como sus madre les trajo al mundo...recuerdo botellas, botellas flotando por el agua...tambien recuerdo un tobogan..

algun dia repetiremos la experiencia como bien dice guil!

...............un besito!

caminante dijo...

Pero esto va a parecer otra cosa...jaja
Que no, que no os asustéis que no es para tanto.

Ana Pedrero dijo...

Vuestras noches me remiten a otras noches, otros veranos, otras estrellas, otros jóvenes en el agua, otras risas, otras historias. El mundo es vuestro. Aprovechadlo bien.

rober dijo...

Álvaro, golfoooo

Anónimo dijo...

que os den a mí esto no me deja firmar .. me kguen to

Lucano dijo...

Pues el hecho es que has firmado ;-) Hay noches de otoño en que también se sueña, o sea que estaremos atentos a lo que pueda suceder...

Víctor L. Gómez dijo...

Envia Don Alvaro mucha envia, me alegro por esa noche inmortal en la que el tiempo se paro.

Luz y el agua del corazon.

Un abrazo.

Iacobus dijo...

Rober esto no es golferia es !living la vida loca!.
Quien me lo hiba a decir de Alvarito, jejejeje.
Anda pillín.
Un saludo.

Anónimo dijo...

cómo me hubiera gustado vivir esa noche también..si, envidia es la palabra:)

da gusto leerte alvaro..desde luego qe vas a ser un arqitecto con grandes dotes periodisticas:)

ayer te vi muy poqitooo:(
ya nos veremos, un besazo peqeño ADLG

Anónimo dijo...

Álvaro no se si te lo he dicho alguna vez: Me encanta como escribes.

Esa noche personalmente fue una de las mas divertidas del verano, y lo pase realmente bien. Una cosa si cuando querais repetirla espero que me aviseis (¿Quille le hacemos la lapa a Sisa y Bea?).
"Gracias a la literatura que nos arropa y nos da calor."
Alvaro solo quería darte las gracias por contar algunas de nuestras historias de un modo tan original.

Gracias tio, 1Abrazo
Fer