viernes, 28 de septiembre de 2007

SEPTIEMBRE






Cada septiembre comenzaba algo diferente pero en el fondo igual. Septiembre siempre olía a libros nuevos, cuadernos, mochilas… Septiembre siempre me suena a cambio, hasta ahora cambios relativos. Por eso os pongo la carta que os leí en su día, por si alguno la quiere.
Sois parte de este camino. Ahí va.

Queridos amigos:

Empecé a escribir esta carta hace ya un tiempo y ante todo quería decir que mi carta no es una carta de adiós. Es simplemente una carta de gracias.

Me senté en mi mesa una tarde de tantas en las que el sol te recuerda constantemente que es primavera y que estás obligado a no disfrutar de ella. Entonces me tomé un respiro, un trozo de papel, un bolígrafo y muchas ganas. Dejé que solo fuera el corazón quien guiara las palabras que mi mano dibujaba, limitándome casi a ser un espectador de mis recuerdos, de mi vida.

Mi mente me llevó por sorpresa al primer día en este colegio. Ni siquiera tenía 3 años y no quedó lágrima alguna que derramar en aquella interminable mañana de septiembre sin mis papás. Todo un mundo nuevo y distinto a descubrir. A mi alrededor lo que a partir de ese momento sería mi segunda casa y niños, desconocidos que con el tiempo se tornaron en amigos me hacían compañía.

Tal día fue el primero y hoy el camino iniciado casi con el chupete como amuleto llega a su fin. Fin que a su vez es principio.

Ayer éramos unos enanos, locos bajitos como dice la canción, cuando nos conocimos, cuando el uniforme era nuestro mono de trabajo, cuando el tiempo no existía, cuando hacer una montaña de arena nos podía mantener entretenidos todo un recreo, o creerte un superhéroe con el baby a modo de capa ¡o un power-ranger! Cuando pintar con el dedo y no salirte era una especie de examen que tenias que superar, cuando empezamos a leer y compartir y colocarnos el abrigo suponía una de las mayores dificultades del día, porque claro, ya no había nadie que lo hiciera por nosotros… Cuando los juegos, los abrazos, los cuentos y los sueños eran nuestra mejor rutina.

Los cursos se hacían más difíciles y los amigos más fuertes. Con 11 años éramos los más adultos, tanto como para decidir, definitivamente que no queríamos saber nada de la otra clase ¿nosotros juntarnos con ellos? ¡Ni en broma! Y quién nos iba a decir que esta mezcla nos traería más y en algunos casos mejores amigos y como no, más recuerdos… el MTA, el rinconcito de la alegría, las clases de historia, de biología, de francés, de “mate”, de física, algún que otro desaguisado y un saco de anécdotas.

Hoy jóvenes, con proyectos, con metas, con decisiones en nuestras manos, con otros caminos diferentes que están a punto de comenzar, con un futuro por delante, un grato pasado y un balance positivo. Acaba una etapa y nace otra y a penas sin darnos cuenta… ¿Sabes? Dicen que cuando se te pasa el tiempo volando es porque has sido feliz y a mí estos 15 años se me han pasado como un abrir y cerrar de ojos ¿No os da pena?

Más de 3000 días juntos, 15 primaveras, 50 profesores, un puñado de excursiones, cientos de páginas, decenas de bolígrafos acabados, muchas gomas perdidas, cuadernos, fotos, libros, pinturas, discusiones, muchas alegrías, alguna lágrima e infinidad de recuerdos… infinidad de buenos recuerdos…

Es por eso que comencé esta carta diciendo que no era una carta de adiós sino de gracias. No sois más que vosotros los culpables de esos recuerdos que guardo como si de oro se tratara bajo llave, para que no se pierda ni uno solo.

Gracias. Gracias a ti por atender mis dudas en el momento en el que lo necesité, sin importar ni el lugar ni la hora. De verdad no sabes lo importante que ha sido tu ayuda. Gracias a ti por escucharme, por esas interminables llamadas. A ti por hacerme reír ¡y a ti también! (que sí, que sí, que ya lo sé, que son las gracias de siempre pero me da igual). Gracias a ti por aguantarme ¡que no es poco! Y a ti por sonreírme, que fue necesario. A ti por “chivarme”, por las llamadas perdidas que te recuerdan ¡Ey que me acuerdo de ti! Y por esos mensajes la noche antes del último examen que te anima, sin duda. Gracias por las noches de verano con las estrellas cómplices de la juerga y las de invierno, por los sueños compartidos, los secretos guardados y las metas alcanzadas, las fiestas del “cole” y las comidas después de los exámenes. Gracias por hacer esas larguísimas horas de clase algo ameno. Gracias por las risas, los abrazos y el calor, por preocuparte y por animarme. Por cada día, cada hora, cada canción…

En definitiva gracias por toda la vida, simplemente por estar ahí porque con vosotros, la palabra AMIGO me veo en la obligación de escribirla con mayúsculas.

Un día una amiga me dijo que la vida era como un libro que escribíamos día a día, página a página. Unos libros son más gordos que otros, unos son dramas, otros de aventuras y otros comedias. Y de mi libro, si de algo especial tiene y puedo presumir es que el capítulo que os dedico es uno de mis preferidos y de los más largos, de esos que nunca te aburres de releer aunque te lo sepas de memoria.

Todo esto y mucho más que no me daría tiempo a contar es lo que me quiero llevar de estos años ¡No pido más! Todo esto es lo que quiero recordar… ¿Habéis pensado lo que nos vamos a echar de menos?

Esto no es un adiós porque no quiero que lo sea. Esto es un gracias.

Un fuerte abrazo

10 comentarios:

rober dijo...

Que bonito, Álvaro. Podía decirte ahora mismo un montón de cosas... Una vez lo dijiste sobre mi, pero yo si que de mayor solamente quiero ser como tu.

Si es que además ya me habías comentado algo de estar carta. Con el paso del tiempo valoro cada vez más mi época de "cole", ya lo verás, y me has hecho recordarla ahora mismo.

Que suerte tienen tus compis de haber compartido contigo tantos años. Y encima le das las gracias!!! Esta palabra cada vez le tengo más en mi diccionario, ojala la tenga que usar como tu lo haces.

Una última cosa, QUE SEPAIS QUE ESTE TIO DICE QUE YO SOY SU TITO jajaja.

Un saludo, Roberto.

Regenta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Cvlocolorao dijo...

Alvaro, como tambien yo he estado caminando mucho ultimamente, no habia tenido ocasion de acercarme a esta tu ventana. Gracias por estar ahi y enseñar parte de ti. Siempre es dificil.

Hay que reconsiderar lo de "yoescriborealmentemal"

Ana Pedrero dijo...

Mucha suerte, Alvarito. Lo demás, creo que ya te lo he dicho todo.
Te quiero, sobri.

Anónimo dijo...

creo qe cuando leiste esa carta, fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida:)..

&no sólo por todo lo qe dice la carta, qe ya es más qe suficiente como para hacer emocionarse a cualqiera;) sino por como la leiste..poniendole sentimiento, emocionandote a ti mismo, y eso qe tu ya sabias lo qe ibas a decir:)

mucha suerte mañana, estoy segura de qe os va a ir genial

&nu te olvides de mi:)

Iacobus dijo...

El ultimo día de septiembre amanecio plomizo y lluvioso en la ciudad tormesina, quizas por que uno de sus habitantes tenia que partir hacia tierras pucelanas y era la forma de expresar su pesar por la perdida momentanea de uno de sus habitantes.
Mucha suerte Alvaro, y recuerda que estamos a la vuelta de la esquina, disfruta de lo que Pucela te ofrece, que en cuestion de Semana Santa tiene mucho que ver.
Un saludo de uno que no es tu tito y que tambien te aprecia.

Anónimo dijo...

weno, ya t dije anoxe q había leido tu blog y m había gustado muxo, xo t lo welvo a decir y t lo dejo aqi escrito: creo q tuescribesrealmentebien ; )

no t olvides d vovler a Salamnca cada fin d semana, qe ahora q te he conocido qiero saber mas d ti.
y no dejes nunca d escribir, q cmo ya he dixo, lo haces realment bien

a qué no lo adivinas? dijo...

Y ahora vuelve a ser septiembre y esos chicos cargados de energía que éramos cuando acabamos el cole nos hemos convertido en hombres y mujeres de 21 años. Qué curioso, el tiempo era casi estático en el cole, tres años no eran nada o lo eran todo; pero en nuestra burbuja: siempre protegidos por el cariño de nuestros compañeros, por esos profesores a los que tratábamos como amigos de la familia... Y ahora... ahora todo ha cambiado, tres años son un mundo, algunos ya han acabado definitivamente sus estudios, otros están empezando su último curso y otros... a otros aún les queda mucho :)
Muchos se han quedado por el camino, otros siguen entre las personas más importantes de nuestras vidas, a algunos les ves casi a diario, a mi con mucha menos frecuencia de la que me gustaría. Sin embargo, todos están en la memoria, entre esos recuerdos que huelen a niños perfumados de primaria, a descaro adolescente, a calor humano.

Mucha suerte en éste, tu viaje, el principio de una nueva experiencia que deseo deje una huella imborrable en tu vida.

caminante dijo...

A q no adivinas?? creo que sé quien eres pero dudo! sea cualquiera de los que se me pasan x la cabeza se nota que por lo que escribes lo vivimos cerca, porque lo sentimos igual.
espero que me des más pistas!! y nos veamos más a menudo de lo que nos gustaría a los dos!
un abrazo

Sigue adivinando... dijo...

Y dos años más, ahora es junio, no septiembre. Muchas palabras se podrían repetir, pero no los olores. Los recuerdos de estos últimos años huelen a novatos, a fiestas, a insomnio, a noche, a estar separados y reencontrarnos...

Seguimos igual de lejos o igual de cerca, pero los cambios vitales obligan a mirar atrás y ante mis ojos, en la distancia, aparecen con casi demasiada frecuencia los juegos, las risas, las peleas, los descubrimientos adolescentes y las despedidas escolares: muchas promesas, no todas cumplidas, pero siempre se me escapa una sonrisa al pensarte (pensaros)